Vuela, Petra Pan!

Ya hacía semanas que brindaba por los días de agosto en que volvería a hacer el loco, apología al hedonismo y carreras con la suerte. Otro verano sin pareja, unos días sin obligaciones familiares y un montón de libertad.
Tanto me preparaba para la semana golfa inminente que acabé volando hacia el peludio sin darme cuenta. Empecé a buscar una canguro para mi hijo -para mi también- y acabé encontrando a la mejor. Ahora resulta ser, a parte de canguro y una buena colaboradora con las desagradecidas tareas de la casa, una perfecta confidente con una sensibilidad insólita y una fiestera algo más responsable que la que escribe aún siendo diez años menor.

Además encuentro en un hombre lo que ya no esperaba encontrar jamás, habiéndolo tenido delante de mis narices durante mucho tiempo sin saberlo. Ese hombre perfecto sin ningún interés añadido más allá de la amistad, un refuerzo puntual en alguna asignatura pendiente en mi vida y cómplice irónico en temas que pensé poder compartir irremediablemente sólo con mujeres: la Útopía cumplida!

Tropiezo, sin pensar ni siquiera, con quien hacía más de 7 años que no veía ni mantenía contacto. Quien un dia soñó con un amor ideal en mi y, triste y frustrado, encontró a una chica también soñadora y sensible, pero muy inquieta, algo más mundana que él y con muchas respuestas por encontrar todavía. Es fantástico ver, después de tanto tiempo, que no hay ninguna cicatriz en su cuerpo que lleve mi nombre, que otra vez riamos irónicamente cuando hablamos de cicatrices sin nombre que aún pican cuando cambia el tiempo.

Y reencuentro también a quien todavía me hacía extremecer con tan sólo oir su voz al teléfono, o sentir sus manos en mi espalda. Sí,.. a quien creía no querer ya igual y poder disfrutar de otra manera ahora que las ilusiones y el romanticismo se habían disuelto.
Pero en realidad encuentro otro oasis que creí no volver a ver jamás en él, el mismo desecuentro que se desmorona y desaparece cada vez que intento acercarme cuando él me invita a hacerlo.
... y sigo volando, muerta de miedo a chocar y estamparme otra vez... he de pasar de largo, que los oasis lo son para tod@s, calientan, pero siempre desaparecen cuando te acercas. Esta vez existe un peligro que hasta ahora sólo había visto ajeno a mi, aquello de lo que había oído hablar tanto y que sólo sentían los otros. Celos [...]

Celos

Carlos Serra fotografia uno de los momentos con que creí no me cruzaría y, sin embargo, no sé si estoy en lo cierto... lo cierto es que estoy aquí.
...Celos
Como el ciclón, que gira sin salida
de todo lo que encierra y desmorona,
e insensible al dolor que se ocasiona
destruye sin saber hasta la vida.
De igual modo, se fijan las raíces
de la duda, ahogando hasta el aliento,
envuelto en tolvanera por el viento
de los celos que muerden y maldicen.
Imposible que más pueda quererle,
ni olvidar de sus besos triste miel,
ni puedo con los míos retenerle
porque sus ojos dicen que es infiel.
Sólo puedo sufrir por olvidarle
o derramar mi sangre antes que odiarle.


Carlos Serra